No está de más empezar por definir qué es la sostenibilidad. Este concepto muy utilizado en la actualidad, sirve para hablar de medidas que sean ecológicas o supongan una disminución del impacto negativo de la acción humana en el medio ambiente.
Desde 1987 en el informe Our Common Future se ofrece una clara definición. «El desarrollo sostenible es aquel que responde a las necesidades actuales sin poner en riesgo la capacidad de las generaciones venideras de satisfacer las suyas propias».
A partir de ahí se ha ido construyendo un nuevo paradigma. Un nuevo proyecto de futuro que ha ido creciendo con la inversión de empresas, gobiernos, organismos públicos y fondos de inversión en ASG (Criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno). En estos momentos es ya una tendencia generalizada que ha crecido en dos años un 35%.
La rentabilidad de invertir en naturaleza y medio ambiente en España
En España, el gobierno parece que comienza a tomarse en serio la dualidad rentabilidad / naturaleza y ya está aplicando medidas en este sentido.
En el territorio nacional ya se han establecido algunos impuestos que competen al medio ambiente para influir en la no contaminación. Así mismo, las empresas tienen la posibilidad de desgravarse hasta un 50% del gasto de las inversiones que se hayan realizado en este sentido.
Todo esto es interesante ya que no solo ayuda a tener un entorno más limpio y saludable, sino que permiten a las empresas un retorno de buena parte de la inversión.
Algunas de las modificaciones que se han realizado para mejorar el medio ambiente
- Hacer buen uso de los residuos como reutilizar o reciclar, que aparte de ser positivo puede ser productivo y producir ingresos extras.
- Cambiar calderas u hornos para que consuman menos gas natural y además así conseguir un ahorro.
- Instalar filtros que reduzcan emisiones.
- Instalar depuradoras de agua donde sea necesario.
- Abandono gradual de las bolsas de plástico en comercios.
- Automatización con puertas automáticas que permiten un ahorro en climatización.
- La aparición de los medios de transporte no contaminantes como los coches eléctricos, eliminando las emisiones.
- Instalación de placas fotovoltaicas para obtener un ahorro en el consumo energético y un menor impacto medioambiental solo utilizando fuentes de energías limpias.
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El dinero y la ecología
Después de años de recopilar datos al respecto de las inversiones realizadas en medio ambiente y ecología, el Proyecto TEEB “Economía de los ecosistemas y la biodiversidad” sostiene que el dinero invertido en cuidar los arrecifes de coral, bosques y tierras húmedas puede recuperarse en más de cien veces su cantidad inicial en beneficios de capital.
Este proyecto TEEB se desarrolló a raíz de las repercusiones económicas que tendría el cambio climático según los resultados del conocido informe Stern.
Gracias a los resultados obtenidos se decidió llevar a cabo un estudio a nivel global que propusiera el valor económico real de la biodiversidad, así como lo que conlleva en costes la poca o ninguna acción política que en la actualidad se lleva a cabo para su conservación, concluyendo el 2010, que se agota nuestro capital natural, sin llegar a comprender el valor que este tiene.
El proyecto TEEB contiene toda la información global de la valoración económica de los que los ecosistemas aportan a la economía.
Con el TEEB, se abre el camino para que gobiernos y empresas tomen las medidas oportunas para conservar y recuperar el medio ambiente o penalizar por su deterioro.
No todo tiene un valor económico
Los valores sociales, culturales, ecológicos y monetarios del medio ambiente vienen indicados en el proyecto, pero se ha resumido todo en valor económico. Esto ha dado como resultado la controversia de pensar que si mantenerlo tenía un coste demasiado elevado no valía la pena ser salvado.
Por suerte la valoración tiene en cuenta también aspectos éticos y valores pro-ecológicos. Cada vez más, la valoración económica se tiene menos en cuenta a la hora de determinar la conservación de la naturaleza frente a los valores socioculturales y/o ecológicos.
Por otro lado, la valoración económica al ir siempre dirigida a la mercantilización de los ecosistemas, choca de forma directa con un sistema de protección local no formal que procede del conocimiento ecológico tradicional y tiene en cuenta valores éticos y conocimientos tanto culturales como espirituales. Este tipo de estrategia es fundamental, ya que genera riqueza local tanto económica como social y cultural y, además, mantienen la memoria de la naturaleza viva.
Fuentes
lavanguardia.com, efeverde.com, ecomilenio.es, bbc.com
No está mal el enfoque dado para rentabilizar la inversión en medio ambiente, pero bajo mi punto de vista hay formas de mejorar como coches de hidrógeno en lugar de eléctricos, que realmente las energías renovables vayan ocupando mayor protagonismo que las que normalmente usamos. Pero hay que destruir otras barreras como el impuesto al sol que es otra manera de enriquecimiento a costa del medio ambiente.
Gracias por tu comentario Joangar.
En cuanto al impuesto al sol, ya está derogado. Afortunadamente!
Un saludo