Gas metano, la bomba del “gigante dormido” a punto de estallar

En ecoaldia.com hemos dedicado artículos anteriores a hablar de los beneficios de producir gas metano a nivel doméstico utilizando un biodigestor para usarlo en diferentes usos particulares. Era la cara amable de este gas que forma parte mayoritariamente del gas natural.

En el lado oscuro, el metano es malo para el medio ambiente, siendo un gas incoloro, inflamable y no tóxico, es uno de los gases que más contribuye al efecto invernadero que está azotando de manera tan brutal a nuestro planeta. Contribuye notablemente al calentamiento global y al cambio climático, con un potencial mucho mayor que el que posee el dióxido de carbono. En estos momentos, este gas está contribuyendo al calentamiento de La Tierra con un nada despreciable 15 %.

Relación entre el metano y el medio ambiente

Para entender cómo se llevan el gas de metano y el medio ambiente hay que hablar primero del gas natural, que es el combustible fósil más limpio, pero cuyo compuesto principal es el metano, y este, en cambio, no es nada limpio.

El metano puede producirse a partir de fuentes no fósiles, como, por ejemplo, los residuos de alimentos y verdes, que pueden extraer literalmente el carbono del aire. En estos casos, el metano ofrece un gran beneficio al consumidor, e incluso al medio ambiente, ya que es capaz de producir más energía calorífica y lumínica por masa que cualquier otro hidrocarburo o combustible fósil, como pueden ser el carbón o la gasolina refinada a partir del petróleo. Produce, además, mucho menos dióxido de carbono y otros contaminantes que contribuyen a la formación del smog, disminuyendo la calidad del aire, volviéndolo más tóxico.

La conclusión a esto es que cuanto más gas natural se use, sustituyendo al carbón y derivados del petróleo, para generar electricidad o combustión para los motores de los automóviles, menor será la cantidad de emisiones de gas de efecto invernadero o y contaminantes relacionados con el smog. Siempre que el metano resultante se utilice apropiadamente.

El gas metano sin quemar, ese es el problema

Efectivamente, el metano es malo para el medio ambiente si cuando se libera a la atmósfera, no se quema.  Y es que, como es un gas que atrapa calor en la atmósfera, contribuye notablemente al cambio climático.

El tiempo que dura este gas en la atmósfera es relativamente corto comparado con otros gases de efecto invernadero. Sin embargo, sí que resulta mucho más eficaz para atrapar el calor que el resto de los gases.

Es posible, gracias a los biodigestores, atrapar ese metano que se escapa de los tratamientos de aguas residuales y explotaciones ganaderas para utilizarlo como combustible, quemándolo y evitando la emisión de estos gases a la atmósfera. Los procesos naturales del suelo y el resto de reacciones químicas de la atmósfera no son suficientes para eliminar la enorme cantidad de metano que actualmente se expulsa por las acciones humanas.

Las señales de alarma son extremas, la acumulación de este gas fortalece el efecto invernadero causante del cambio climático, sin embargo, el problema es aún mayor. El aumento de la temperatura global, derivado de este cambio, está a punto de despertar al verdadero monstruo, a la madre de todas las emisiones.

Si eres de los que realmente se preocupan por la naturaleza, seguro que compras con conciencia.
En el consumo responsable comienza el activismo y la lucha por un planeta más verde 
Visita nuestra tienda eco y compra con inteligencia ecológica

El metano del Ártico, el “El Gigante Dormido” despierta

Existe un peligro mucho mayor a la exorbitante cantidad de metano sin quemar que las actividades humanas emiten a la atmósfera. La capa de hielo que cubre Groenlandia emite toneladas de este gas cada año. Según recientes estudios, unas emisiones que aumentan a medida que el hielo se derrite, y, desgraciadamente, este lo hace cada vez más rápido.

La actividad biológica subglacial afecta a la atmósfera más de lo que se venía suponiendo hasta ahora. Con nuevos sensores, el equipo de científicos de la Universidad de Bristol analizó durante tres meses el agua derretida de una cuenca en deshielo. De este modo, pudieron medir los niveles de metano que se liberaban en tiempo real.

Estas mediciones alertaron de que el metano se está exportado de manera continua bajo el hielo y que este se escapa a la atmósfera cada vez en mayores cantidades. La contaminación del metano puede llegar a niveles catastróficos en poco tiempo, según los cálculos estimados de estos científicos. Un horror mucho más cercano cuando hablamos de la nueva fuente de este gas localizado en la costa este de Siberia.

En Siberia duerme el monstruo

Según revela The Guardian, los científicos han localizado enormes depósitos de metano congelados en el Océano Ártico; “los gigantes dormidos del ciclo del carbono” han comenzado a soltar su carga frente a la costa siberiana, en la zona del talud continental.

Las investigaciones detectan altos niveles de este gas mortal para toda vida en La Tierra. Llegando a profundidades de hasta 350 metros cerca de Rusia, en el Mar de Laptev. La preocupación proviene de que sea más que posible que se haya desencadenado un nuevo ciclo de retroalimentación climática, la cual aceleraría la velocidad en el calentamiento planetario.

Se sabe que los sedimentos de las faldas del Ártico están compuestos por una gran cantidad de metano congelado y otros gases. Y, como ya se ha comentado, el gran problema que surge del metano es su gran poder calorífico, llegando a ser hasta 80 veces más fuerte que el dióxido de carbono en 20 años.

El Servicio Geológico de los EEUU señala la desestabilización de los hidratos del Ártico, como uno de los escenarios más graves de cambio climático abrupto.

Los investigadores sobre el terreno no dan crédito

El buque de investigación ruso R/V Akademik Keldysh, con un equipo internacional de investigadores, asegura que, todavía, la mayoría de las burbujas se disuelven en el agua, aunque los niveles de metano en la superficie han aumentado de cuatro a ocho veces más de lo que tendría que ser lo normal.

En estos momentos, no parece probable un impacto decisivo, pero el proceso se ha liberado y es ya imparable. Aunque sus estudios no son completamente decisivos, sí que existe una enorme preocupación por el descubrimiento de metano congelado en pendientes potencialmente desestabilizadas. Y es que es muy posible que se haya alcanzado un punto de no retorno. Una realidad que aumentaría considerablemente la rapidez con la que se está calentando el planeta. Como consecuencia se produce el deshielo y la reducción de la extensión del permafrost. Recordemos que, cuando el permafrost está congelado permanece impermeable a los gases y, por tanto, no puede salir, de estas capas.

 

Más datos sorprendentes sobre la emisión de metano

La temperatura del Ártico aumenta más del doble de la media mundial, se plantea, por tanto, la cuestión del cuándo se liberará a la atmósfera toda esa reserva congelada.  Las observaciones llevadas a cabo por los miembros del Akademik Keldysh permiten suponer que la liberación de metano ya está en marcha. Unas emisiones que se enmarcan en una amplia zona de la ladera, a unos 600 km de la costa. Hasta en seis puntos de vigilancia en un área de pendiente de 150 km de longitud y 10 km de ancho, se pudieron ver nubes de burbujas liberadas por el sedimento. Por otro lado, a unos 300 metros de profundidad, en la ladera del Mar de Laptev, se han localizado concentraciones hasta 400 veces más altas de lo que debería existir si el mar y la atmósfera mantuvieran su equilibrio natural.

Una Atlantificación creada a partir de la alteración del clima que el hombre está produciendo podría estar detrás de esta inestabilidad, de la intrusión de corrientes cálidas del Atlántico en el Ártico oriental.

Por segundo año consecutivo, se ha localizado, en las partes más superficiales del Mar de Laptev y del Mar de Siberia Oriental, marcas de viruela parecidas a cráteres que descargan chorros de burbujas de metano, llegando a la superficie del mar a niveles de decenas a cientos de veces más altos de lo normal. Un hecho muy parecido a los cráteres y sumideros ubicados en la tundra siberiana interior. Un descubrimiento de principios del pasado otoño 2019, otro de los espacios que no han dejado de emitir metano a la atmósfera.

Por último, cabe recordar que en Siberia las temperaturas alcanzadas superaron en 5º C el promedio de enero a junio. Esta anomalía se supone que se debe a las emisiones emitidas por el ser humano. Por este motivo, el hielo marino se derrite demasiado temprano, retardando el congelamiento invernal más que en cualquier otro momento desde que se tienen registros.

Fuentes;

Socalgas.com, climaterra.org, iambiente.es

Para saber más sobre el problema del metano por deshielo del Ártico, un interesante, video informativo 

Si eres de los que realmente se preocupan por la naturaleza, seguro que compras con conciencia.
En el consumo responsable comienza el activismo y la lucha por un planeta más verde 
Visita nuestra tienda eco y compra con inteligencia ecológica

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Scroll al inicio