Germinar Semillas

Cómo germinar semillas fácilmente

Aprender a germinar semillas es fundamental, ya que sin este paso no hay planta y, por lo tanto, no hay cosecha, no hay ornamento…se depende de viveros y empresas, que venden los plantones o las plantas ya crecidas, limitando la libertad de acción del jardinero aficionado y de todos aquellos que quieren tener un huerto en casa.  Para tener éxito en esta actividad de la manera más sencilla y productiva posible, hay que entender cómo se lleva a cabo el proceso de la germinación de la semilla

Germinar semillas

Conseguir hacer germinar una semilla es un proceso delicado, que necesita de atención y mimos de un cuidador. Son muchos los elementos que hay que tener en cuenta para que la semilla consiga cumplir su transformación. Humedad, plagas, cantidad de sol, temperatura necesaria… En este artículo se va a proporcionar algo de información para que los aficionados puedan entrar en este fabuloso mundo con garantías de éxito.

¿Qué es la germinación?

La germinación es el proceso que desarrolla una semilla para crecer y convertirse en una planta. Es esencialmente la reiniciación del crecimiento del embrión una vez superado el período de latencia y cuando las condiciones de temperatura, luz, disponibilidad de oxígeno y agua son las adecuadas.  Consta de tres etapas principales:

  • La absorción de agua, imprescindible para romper la cubierta protectora.
  • El comienzo de la actividad enzimática y del metabolismo respiratorio.
  • El Crecimiento. En esta fase se podrá observar a simple vista el resultado.

Algunas semillas son capaces de germinar inmediatamente después de haber completado su desarrollo. Sin embargo, después de que el crecimiento del embrión se detenga y el contenido de humedad disminuya, muchas semillas atraviesan un periodo de inactividad o latencia. Durante esta etapa, la semilla mantiene una respiración mínima y es cuando está mejor capacitada para resistir las condiciones adversas del entorno y sobrevivir hasta que éstas sean favorables para completar su proceso de desarrollo.

Todas las semillas necesitan un nivel de humedad adecuado y oxígeno para germinar. Es muy importante que haya un buen contacto entre la semilla y el suelo.

El suelo o el medio de cultivo deben tener suficiente humedad para que las semillas puedan absorber el agua necesaria con la que comenzar el proceso de germinación. Si está muy húmedo o muy compacto, no habrá suficiente oxígeno alrededor de las semillas para que estas «respiren».

No todas las semillas tienen los mismos requisitos de luz, pero una vez que las semillas han germinado y han brotado del suelo o del medio de cultivo como plántulas, todas necesitan de la luz del sol para crecer.

 

¿Germinar para sembrar o para comer brotes?

Dependiendo de si la germinación se lleva a cabo con el fin de sembrar las plántulas en un huerto o de consumir los brotes germinados, se elegirán unas semillas u otras y, por supuesto, distintos métodos de germinación.

La temperatura, la humedad, el oxígeno y las condiciones de luz deben ser adecuados para que las semillas germinen. Todas las semillas tienen rangos de temperaturas óptimas para su germinación, y dentro de este rango, la germinación es uniforme y correcta.

Para que la germinación tenga el éxito deseado, es aconsejable realizar un estudio previo con las características de la semilla, así como adaptar el suelo, el entorno y tener controlados los parámetros necesarios para que la semilla germine.

Los germinados son de los alimentos más saludables que se pueden consumir, ya que son una fuente muy abundante de nutrientes, son fáciles de digerir, están llenos de antioxidantes…

Los brotes más saludables y nutritivos son los de soja, alfalfa, lentejas, trigo, brócoli y rábano.

¿Qué puedo germinar para un huerto?

Nadie duda de la importancia de tener un huerto casero. Se trata de una forma segura de ingerir productos naturales, sin agroquímicos perjudiciales para la salud, representa una forma natural de mantenerse en forma con un ejercicio suave y entretenido, es un descanso para la mente, una forma de ocio productiva…

En este entorno se pueden germinar tantas clases de semillas como frutas y hortalizas distintas se quiera tener. Como cabe suponer, hay que prestar atención a la hora de sembrarlas en el sitio definitivo, ya que hay cultivos que no deberían compartir espacio por incompatibilidad de nutrientes.

Es muy recomendable utilizar siempre semillas orgánicas certificadas y locales. El uso de una semilla local nos garantiza que la planta estará acostumbrada a la meteorología de la zona.

Por último, se debe considerar que hay cultivos que germinan en el lugar definitivo, por lo que hay que conocer al máximo sus necesidades para aportarlos desde un principio y que su desarrollo sea óptimo.

Germinar semillas de árboles frutales

El proceso de sembrar un árbol es más económico que el de trasplantar, siendo estas las dos formas que hay para hacer crecer un árbol. Desgraciadamente, si la semilla no se encuentra en óptimas condiciones, será muy difícil que nazca la planta del árbol.

Por otra parte, hacer germinar un árbol posibilita una gran gama de opciones, puesto que las semillas siempre son más fáciles de conseguir que un plantón del árbol que se quiere, aunque sembrar siempre conlleva aceptar mayores riesgos de tener éxito.

Las frutas más fáciles de germinar son el aguacate, cuya germinación es sencilla y didáctica, es decir, se puede utilizar para enseñar este proceso a los más pequeños de la casa ya que su evolución diaria es observable fácilmente.

El níspero crece en todo tipo de suelos y por lo tanto requiere pocos cuidados. La pera, cuidando siempre que, una vez que esté trasplantada, la plántula necesitará mucho sol y agua podrá llegar a crecer hasta 20 metros. La mandarina y el limón requieren algunos cuidados extras, pero crecen relativamente rápido. La cereza tolera muy bien el frío.

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Germinar semillas de tomates

Posiblemente una de las plantas que más interés recoge para ser germinados sean las tomateras. Y es que, con un poco de paciencia y conocimientos, todo el que quiera puede tener sus propios tomates en casa.

Se pueden germinar directamente desde el tomate, plantando rodajas de la variedad que queramos en el sustrato o también a partir de sus semillas. Hay que dejarlo en un lugar con una temperatura media alta y con bastante humedad. En aproximadamente dos semanas estarán listos para trasplantar.

La paciencia es una virtud. Ejemplos de buenos germinados

Los pimientos y las berenjenas tardan más de una semana en germinar, las lechugas y cucurbitáceas (melón, calabaza, calabacín) tardan una media de tres días.

Lo más aconsejable cuando se dedica tiempo a la germinación es tener paciencia y esperar que la naturaleza siga su curso. Una vez que se obtienen las plántulas para el huerto, es decir, cuando las semillas ya han germinado y han empezado a crear las hojas verdaderas (las que son características de la planta y no las pequeñitas que salen al germinar), es la hora de trasplantar al lugar definitivo.

En cualquier caso, los árboles tardan años en dar frutos y las hortalizas necesitan unos meses para madurar como planta y florecer. Así que tranquilos y a disfrutad de ver como crecen.

Cómo saber si las semillas de la cosecha anterior son fértiles

La autogestión y la libertad de producir alimentos para consumo propio es una de las principales razones por las que es interesante aprender los procesos de germinación. Si se logra utilizar las semillas de plantaciones anteriores, se estará dando un paso definitivo en esa autogestión. Con esta actividad se libera al agricultor de depender de los precios y calidades que ofrecen determinadas marcas que copan el mercado de las semillas.

Test de germinación

Si utilizamos semillas ecológicas, locales o de cosechas propias anteriores es probable que la germinación sea exitosa. Sin embargo, hay semillas que se almacenan de la propia cosecha anterior y pueden germinar mal. En este caso existe la posibilidad de hacer un test de germinación muy fácil que determinará la viabilidad de las semillas.

La prueba consiste en sacar una muestra de al menos 20 de las semillas almacenadas y envolverlas suavemente en papel absorbente húmedo, pero no empapado. Para preservar la hidratación, se ensobra todo en papel de aluminio. Durante una semana se mantendrá esa humedad constante en un lugar con una temperatura cálida estable (encima de un router, de un ordenador, etc). Transcurrido ese tiempo, se cuentan cuántas semillas han germinado. Si el rango es superior al 80% se pueden usar con garantías.

Toni de La Huertina de Toni os va a decir como llevar a cabo un test de germinado de semillas, importante cuando se quiere hacer germinar a partir de nuestras propias semillas

Los germinados más típicos para el consumo directo

No hay nada más apetecible que una buena ensalada con ingredientes frescos, llenos de vitaminas y nutrientes. En este sentido y aunque los más populares desde hace años son los brotes de soja, hay otros que van ganando terreno. Los brotes de alfalfa, rábano, remolacha, fenogreco, girasol y brócoli son tendencia en las ensaladas por su sabor, color y propiedades.

Germinar legumbres

Si bien las legumbres se pueden germinar para plantarlas en el huerto, comerlas en brotes hará más fácil su consumo durante la época estival. Los beneficios nutricionales del consumo de vegetales crudos son innumerables, y su producción de lo más sencillo.

Las legumbres se pueden germinar en frascos de cristal o en bolsas de tela, añadiendo una pequeña cantidad de la legumbre en cuestión, manteniéndose la hidratación en todo momento y removiendo el frasco o bolsa un par de veces al día para que el agua llegue a todas las semillas. Se recomienda empezar por las lentejas y la soja.

Fuentes:

Revista CyTA Ciencia y Técnica Administrativa, Radio Mitre, Ecoosfera, METROmedia, Conasi, Penn State Extension, Mediaprogramas, Bioguía.

¿Qué son las semillas mucilaginosas?

Una mención aparte merece este tipo de semillas, que al humedecerse generan una especie de gel. Si la colocación en el germinador que se haya elegido o superficie para germinar no es la correcta, se quedarán pegadas y se pudrirán sin germinar y, por tanto, contaminarán a las pocas que hayan conseguido desarrollarse.

Algunas de estas semillas son el lino, la chía, la rúcula, la albahaca, los berros y la mostaza, por ejemplo. El proceso es sencillo, solo hay que tener cuidado a la hora de colocarlas en el germinador, para que no se pisen entre ellas y quede el espacio justo para crecer.

El mucílago (parecido a una gelatina) que producen de manera individual no debe tocar al resto, por eso este tipo de semillas han de crecer en germinadores planos. Estas semillas no pueden germinar en bolsas ni en frascos de cristal.

Cómo germinar semillas para consumo directo

Cada semilla tiene un tiempo de germinación, por ejemplo, algunas como las del tomate tardan unos días en germinar y otras como los pimientos pueden tardar hasta un par de semanas.

Germinar en casa para el consumo de la familia es una actividad sencilla, enriquecedora y que bien puede formar parte de las actividades diarias de los niños.

La recomendación inicial es la misma para germinar que para crear plántulas: utilizar semillas de calidad contrastada, locales y ecológicas.

Si el interés por los germinados llega de forma puntual y no se quiere hacer una mayor inversión mientras se prueba cómo va todo hay diferentes opciones. Se pueden germinar semillas en platos, bandejas, botes de cristal, bolsas de tela… Si, por el contrario, los germinados ya se han instaurado en la vida diaria, lo mejor es optar por un sistema de germinadores para abastecer las necesidades del hogar.

¿Qué es un germinador?

Un germinador no es otra cosa que un aparato o cámara que permite controlar condiciones de temperatura y humedad para explotar con éxito el poder germinativo que poseen de forma natural las semillas. En este espacio el embrión o semilla se hincha y el envoltorio logra romperse para dar paso al desarrollo de la planta como tal.

En condiciones normales, un germinador debe ser capaz de hacer que las semillas prosperen de forma natural con la que obtener una plántula, y esto puede suceder con cualquier especie vegetal si se optimiza para cada necesidad el propio germinador.

¿Qué germinador elegir?

Los hay manuales y eléctricos. La diferencia principal es que los eléctricos se encargan de mantener la humedad estable dentro del germinador. Los manuales requieren una atención mínima de nuestra parte.

Eléctricos:

El germinador eléctrico está diseñado para que solo haya que colocar las semillas, añadir agua al depósito y recolectar llegado el momento. Son aparatos sencillos que permiten tener las semillas aireadas y húmedas en el punto correcto. Hay muchos modelos, con lo que se puede elegir el más adecuado para cada necesidad del criador y característica de la semilla.

Manuales:

  • Las bolsas de lino o algodón son prácticas y económicas, con la única exigencia de tener la bolsa colgada en un lugar ventilado y limpio. Hay que mantener hidratadas las semillas por lo que hay que rociarlas con regularidad y moverlas un poco cada día para que crezcan con más soltura.
  • Los germinadores de barro suelen ser bandejas de terracota perforadas superpuestas.
  • Los germinadores de cristal pueden comprarse con su soporte o reutilizar botes de cristal preferiblemente anchos y altos, para dejar espacio de sobra para el crecimiento de las semillas. El procedimiento es parecido al que se lleva a cabo en bolsas, ya que hay que mover los frascos con regularidad.
  • Los germinadores de plástico suelen ser bandejas superpuestas con la base perforada para dejar pasar el agua sin retenerla.
¿Te estas animando a obtener tus propios brotes germinados? Estos objetos te ayudarán en tu propósito, seguro que tienes éxito en tus germinados de forma más sencilla y directa.
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¿Por qué no germinan mis semillas?

Una de las principales causas de que no germine una semilla es que no se recurre a semillas adecuadas. Otro motivo básico es que se siembran fuera de temporada. Para asegurar el éxito de la germinación siempre se puede recurrir al test de germinación mencionado anteriormente.

Pero si las semillas son de calidad contrastada, lo más probable es que las condiciones de humedad, oxigenación y temperatura no sean las correctas.

Algunas razones para germinar semillas.

  • No requiere espacio, ni gran cantidad de luz solar.
  • Inversión nula o mínima.
  • Consumo de alimentos frescos y sabrosos.
  • Obtención de brotes biológicos de gran valor nutricional.
  • Solo se necesita agua y semillas. No se añade ningún producto extra.
  • Control total de la producción de nuestro huerto/semillero/germinador.
  • Poder didáctico para los niños que pueden aprender las bases de la agricultura y el mundo natural.
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