El virus del Nilo es una enfermedad que transmiten los mosquitos y abarca un amplio rango de afecciones, las cuales pueden ir de leve a grave. Aunque la mayoría de las personas que se infectan de este mal, entre un 70 y un 80 %, no presentan síntomas, el virus del Nilo occidental está en boca de todos como uno de esos males que amenaza con atacar a una sociedad ya suficientemente atribulada con epidemias y cuarentenas forzosas.
El VNO o Virus del Nilo Occidental está considerado como la causa número uno de enfermedad transmitida por mosquitos en los Estados Unidos continentales. Una enfermedad en la que se da un importante aumento de los casos en verano y hasta mediados de otoño. En la actualidad, no existe vacuna ni medicamento capaz de prevenir el Virus del Nilo.
Cómo evitar infectarse por el virus del Nilo
Los expertos advierten que es posible que en España se propague y se extienda con cierta facilidad. Los especialistas aconsejan evitar los lugares más habituales y factibles para la proliferación de este tipo de mosquitos. Los ambientes cálidos y húmedos naturales son hábitats ideales para estos insectos, piscinas naturales y rurales, además de las rías y marismas costeras.
Hasta que llegue la deseada vacuna, otro método para evitar la picadura de este mosquito es el uso de repelentes tradicionales. Se aconseja impregnar el cuerpo con este producto, cada 6 u 8 horas, con aquellos que tengan una concentración de DEET (N-Dietil-meta-toluamida) del 45 % o superior.
En general, la forma de protegerse de las enfermedades transmitidas por los mosquitos, como el dengue, el Zika o Chikunguya y el virus de la fiebre del Nilo, es la misma que utilizamos de forma habitual para que este insecto no nos pique. Por lo tanto, también es útil utilizar camisetas de manga larga y pantalones largos, así como colocar mosquiteras en las puertas y las ventanas de los inmuebles.
Causas de la infección por el virus del Nilo Occidental
El virus nilo occidental no es en absoluto nuevo. En 1937, en Uganda, al este de África, se identificó por primera vez. En Estados Unidos, se detectarían casos en el verano de 1990, y desde esta fecha el virus se ha diseminado por todo el país y más allá de sus fronteras.
Según los investigadores, el virus del Nilo occidental se dispersa cuando este insecto pica a un ave infectada y, posteriormente, este mismo mosquito inocula la enfermedad en una persona.
Los mosquitos transportan mayores cantidades de este virus a mediados de otoño, cuando la gente ha contraído la enfermedad a finales de agosto y principios de septiembre. A medida que el clima se vuelve más frío, también disminuye la posibilidad de contagio,d ya que los mosquitos comienzan a desaparecer.
Los factores de riesgo de contraer y padecer esta enfermedad del mosquito con mayor gravedad son las afecciones que debilitan sistemáticamente el sistema inmune, como pueden ser el SIDA, un trasplante de órganos o recibir sesiones de quimioterapia. Tener una edad avanzada, ser un bebé o estar en periodo de embarazo también están consideradas situaciones de riesgo.
Por otra parte, este virus de la fiebre del Nilo puede transportarse usando una transfusión de sangre o por el trasplante de algún órgano. Los bebés lactantes también tienen un alto riesgo de contraer la enfermedad del Nilo por transmisión directa a través de la leche materna.
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Casos de mosquitos portadores de la fiebre del Nilo en Andalucía
Aparentemente, en los últimos días, al menos 40 personas están siendo analizadas con sospechas de sufrir síntomas parecidos a los que produce el virus de la fiebre del Nilo, causado por la picadura de un mosquito.
En la ribera del río Guadalquivir, en el sur de España, a la altura de Coria del Río y de la Puebla del Río, ha crecido la preocupación y el estado de alarma al recibirse la noticia de que dos de estas personas afectadas han fallecido.
Síntomas y tratamiento para combatir la enfermedad de la fiebre del virus del Nilo
Como se ha dejado dicho al principio de este artículo, la mayoría de las personas infectadas con esta enfermedad del mosquito no presentará ningún tipo de síntoma.
De 1 a 5 personas con el Virus del Nilo presentarán fiebres de diferente grado, junto a dolores de cabeza y en el resto del cuerpo, como en las articulaciones. También es posible sufrir vómitos, diarrea y sarpullidos. Como norma general, la mayoría de las personas se recuperarán completamente después de haber sufrido este mal, aunque el cansancio, la fatiga y la debilidad pueden prolongarse durante algunas semanas o incluso meses.
Los casos más graves por sufrir el virus del Nilo Occidental
Menos del 1 % de los infectados terminan por presentar alguna enfermedad neurológica de carácter severo, como la encefalitis o la meningitis, es decir, inflamación del cerebro o alguno de los tejidos que lo rodean y envuelven.
En estos casos, se puede llegar a sufrir dolor de cabeza intenso, fiebre alta, desorientación, rigidez en el cuello, temblores, convulsiones e incluso parálisis.
Aunque estos casos más graves pueden ocurrir en cualquier rango de edad, son aquellas personas que superan la edad de 60 años las que entran en el campo de los que más riesgo corren.
Las personas que ya están enfermas con afecciones graves como diabetes, cáncer, hipertensión, enfermedad renal o, como ya se ha mencionado, han pasado por un trasplante de órganos también tienen mayores posibilidades de enfermar con la fiebre del Nilo.
Recuperarse del Virus del Nilo con carácter grave puede prolongarse durante meses, con el riesgo de que algunos efectos neurológicos adversos queden de forma permanente en el enfermo. Por último, cabe añadir que aproximadamente el 10 % de los pacientes que sufran de una infección neurológica por culpa de virus del Nilo Occidental fallecerán.
El tratamiento
Para confrontar esta enfermedad no hay, en la actualidad, vacuna alguna ni tratamiento antiviral eficaz. Es recomendable el uso de analgésicos para reducir las molestias, como la fiebre y aliviar otros síntomas.
En los casos considerados graves, el paso que hay que dar cuanto antes es el del ingreso en un hospital y que sea en este lugar donde se lleve a cabo un tratamiento sintomático, como por ejemplo recibir medicamentos específicos contra el dolor, cuidados profesionales en la enfermería o líquidos vía intravenosa.
Referencias
La voz de Galicia, Tododisca, CDC Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, Medline Plus.