Calentamiento de los océanos II

El calentamiento de los océanos es un hecho comprobado y medido en profundidad desde hace décadas. Es uno de los desafíos más importantes al que se enfrenta la humanidad en su conjunto, que pone en jaque el futuro de la supervivencia en este planeta.

Sabiendo qué factores provocan el calentamiento global, se podrá analizar de forma específica la subida de las temperaturas de los mares, sus causas, sus consecuencias y activar procedimientos que frenen, paralicen y reviertan esta situación.

El calentamiento de los océanos y el yodo

El yodo es uno de los gases que más efecto tiene en la destrucción de la capa de ozono que, como se ha visto en el capítulo anterior, es un gas que protege la vida en la Tierra de los rayos ultravioleta y frena el calentamiento global.

Los océanos son el principal emisor de yodo a la atmósfera, este hecho se produce cuando este elemento químico reacciona con el O3 superficial, dando como resultado la emisión de yodo reactivo.

Otros emisores de este compuesto son las algas costeras y el fitoplancton, que lo crea gracias a sus procesos biológicos.

Este Yodo reactivo se presenta sobre todo en los trópicos, existiendo, también, grandes cantidades en la Antártida. Su presencia es de gran importancia, ya que esta zona fría del planeta influye notablemente en los procesos climáticos a escala mundial.

Aún no se sabe qué otros procesos o acciones son las responsables de las emisiones de Yodo reactivo a la atmósfera, lo que sí se sabe es que el aumento de la temperatura de los océanos se agrava aún más, de forma indirecta, ante esta situación.

El calentamiento de los océanos, el deshielo y sus consecuencias sobre la vida

Los Océanos y la vida, que guarda en su interior, son los peor parados por las consecuencias del cambio climático. El agua absorbe la mayor parte del calor extra resultante de las emisiones de gas de efecto invernadero y esto hace que su temperatura aumente exponencialmente, desequilibrando el ecosistema que es en sí todo el océano.

Desde la década de los 50, se viene midiendo la temperatura de los océanos de forma precisa por el Instituto de Física Atmosférica de China en colaboración con otros centros de investigación a escala global.

En el año 2019, los mares del mundo fueron más cálidos que en ninguna otra fecha registrada de la historia, la temperatura había ascendido 0,075ºC sobre el promedio desde el año 1981 al 2010.

Puede parecer, a simple vista, una subida insignificante, pero supone la absorción de 228.000.000.000.000.000.000.000 julios de calor. Lijing Cheng, quien redactó el informe, hace una analogía impactante; «La bomba atómica de Hiroshima explotó con una energía de aproximadamente 63.000.000.000.000 julios. La cantidad de calor que hemos puesto en los océanos del mundo en los últimos 25 años equivale a 3.600 millones de explosiones de bombas atómicas de Hiroshima«.

Con estos números, nadie debería dudar de la importancia sobre realizar acciones urgentes para reducir estos niveles de calor.

 

Efectos directos

El deshielo y aumento del nivel del mar son consecuencias de este calentamiento de los océanos. El hielo de los polos da la sensación de estar muy lejos para tener una incidencia directa sobre la población, pero nada más lejos de la realidad.

Esta situación de derretimiento polar, calificada como catastrófica, tiene efectos en la temperatura y salinidad del agua. Los polos, en su estado natural, distribuye el calor provocado por las actividades humanas, absorbiendo gran parte del CO2 emitido por estas, y también aporta al hábitat los nutrientes necesarios para la supervivencia de una gran cantidad de fauna oceánica.

La temperatura del agua varía con la profundidad en los océanos, según se va bajando también lo hace la cantidad de calor que llega. Este calentamiento se produce igualmente en los niveles inferiores, afectando a su biodiversidad.

 

Procesos naturales

Por otro lado, hay que dejar claro que el ciclo de calentamiento y enfriamiento del planeta es un proceso natural, pero en estos momentos la velocidad de esas variaciones es en exceso rápida.

El planeta ya ha sufrido varias glaciaciones, la diferencia con las anteriores es que no está ocurriendo de forma natural. Esta vez es provocada por la acción de la actividad humana y se ha acelerado de manera alarmante.

biodiversidad

 

Procesos forzados

Estos, que hasta ahora eran procesos cíclicos naturales, ahora, como se puede apreciar, están siendo alarmantemente forzados.

En la Antártida, los glaciares más grandes han estado derritiéndose a una velocidad estremecedora de hasta 2km al año. Este deshielo provoca la liberación al medio ambiente de gases de efecto invernadero, lo que incrementa aún más el efecto de calentamiento global. Una forma de retroalimentación que nutre una dinámica de empeoramiento constante de la situación de emergencia planetaria.

En definitiva, lo que influye en la temperatura del mar y la aumenta termina por afectar al proceso de realimentación que es el calentamiento global, acelerándolo.

La pérdida de biodiversidad

El estado de los hielos de los polos es preocupante, en los últimos cuarenta años los hielos del ártico se han reducido un 40%. También, lógicamente, el hábitat de muchas especies, como el oso polar, el zorro ártico, la ballena beluga y la morsa del pacífico y otras. Pronto podrán ser contadas como especies extinguidas por la acción del ser humano si esto continua así.

Y no solamente se perderían especies en los polos, los océanos también se calientan en el resto de las zonas del globo, aunque el impacto tiene otras consecuencias. Se podría llegar a perder hasta el 17% de la biomasa marina, los corales enferman, blanqueándolos, hasta llegar a matarlos y desaparecerán multitud de especies de peces. Esto ocurrirá, sobre todo, porque al aumentar la temperatura del agua, la concentración de oxígeno también disminuye.

Así se vuelve a entrar en otro proceso de retroalimentación del efecto invernadero. Con el calentamiento de los mares también se producirán emisiones de metano y en zonas costeras sulfato de hidrógeno, un gas agresivo y venenoso que llevaría a la desaparición no solamente de especies, sino de hábitats naturales enteros.

Por qué sube el nivel del mar y sus consecuencias

Hay varias razones por las cuales sube el nivel de las aguas oceánicas. Desde hace cien años, el mar ha incrementado aproximadamente su nivel de diez a veinte centímetros. En los últimos veinte años, esa media se ha duplicado comparado con los ochenta años anteriores.

Se pueden definir 3 elementos que provocan este ascenso de las aguas:

  1. La dilatación térmica: es física pura, el aumento de la temperatura del mar hace que el agua se expanda. Aproximadamente, la mitad del incremento del nivel oceánico en los últimos cien años se debe a ello.
  2. El deshielo de los polos: al derretirse en verano más hielo del que se recupera durante el resto del año, el nivel del mar sube por esa agua que no ha vuelto a su estado sólido anterior.
  3. El deshielo en Groenlandia y la Antártida Occidental: de la misma manera que en los casquetes polares, sus enormes glaciares pierden superficie año tras año a pasos agigantados. Los científicos sospechan que el agua se filtra por debajo de estos glaciares, provocan grietas y terminan por desprenderlos, dejándolos a la deriva derritiéndose aún más rápido y así aumentando el nivel de los océanos.

Consecuencias económicas

Imagen de Ecologíaverde.com

Este aumento del nivel del mar tiene evidentemente sus consecuencias, disminución de las costas y, por lo tanto, inundaciones en zonas pobladas, erosión del suelo, contaminación del suelo agrícola y de los acuíferos y pérdidas en la biodiversidad de especies, tanto costeras como las que habitan en las zonas afectadas cercanas.

Con estas palabras, muchos pensarán que no parece demasiado, pero de seguir por el camino que va el cambio climático, en España se estima que, por ejemplo:

  • Las zonas costeras de Huelva llegarán a Dos Hermanas por la acción del desbordamiento del rio Guadalquivir.
  • Costas muy conocidas por su belleza en España desaparecerán, como son la Playa de las Catedrales en A Coruña o la Playa de los Muertos en Almería, Zahara de los Atunes, Bolonia o El Palmar de Vejer, en Cádiz.
  • Santander quedaría anegada por las aguas, la ciudad vieja de A Coruña y una buena parte de Vigo, también.

Ya no suena tan poca cosa, se le ve la gravedad al asunto cuando se observa qué ocurrirá en un plazo medio de unos 30 años.

Pero, esto no es todo, hay más consecuencias que afectan a la vida de los seres humanos tal y como la conocemos.

La producción frutícola sufrirá un gran golpe, ya que al anegarse los cauces de los ríos y las zonas costeras se destruirán estos cultivos y, por ejemplo, el plátano podría desaparecer en 2050.

Los viñedos se verán obligados a desplazarse hacia el norte y en altitud, desapareciendo el vino español. También se eliminará todo rastro de la huerta murciana, valenciana y almeriense, perdiéndose así muchos miles de puestos de trabajo.

Consecuencias en la salud

El incremento de temperatura formula también la aparición de consecuencias en la salud.

Costará más trabajo respirar y aparecerán más casos de tos crónica. La peor parte la sufrirán los niños. Ya, en estos momentos, cada año se diagnostica asma a 4 millones de menores por culpa de la contaminación. Si se exponen a ese ambiente de forma prolongada, aumentan las infecciones respiratorias, sobre todo en las ciudades.

Los hábitos cambiarán, se utilizará más aun el aire acondicionado, las condiciones del suelo darán como resultado que nuestros alimentos contengan menos nutrientes. Los cultivos afectados, en este sentido, serán el trigo, el arroz, las patatas, las frutas y las verduras, por lo que la calidad de la alimentación se verá gravemente deteriorada y esto mermará las defensas naturales del organismo.

Será más habitual asistir a funerales por afecciones como la malaria, enfermedades del sistema digestivo, desnutrición y estrés por calor.

 

Soluciones

A pesar de todo esto, aún está en las manos humanas que no ocurra. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma brusca es crucial. Independientemente de lo que las grandes corporaciones hagan, ya que estas son las principales causantes de la contaminación, el resto no se debe quedar de manos cruzadas, esperando.

Todos y cada uno de los componentes de la población, de forma individual, deben comenzar a cambiar sus hábitos y costumbres. Crear un nuevo paradigma es vital para conseguir la reducción de esas emisiones.

 

  • Utilizar menos electricidad y apostar por las energías renovables
  • Usar menos agua en las acciones diarias y reutilizarla
  • Reciclar, reducir, reutilizar
  • Consumir menos carne
  • Utilizar medios de transporte público no contaminantes (autobuses, coches, motos, patinetes eléctricos, por ejemplo)
  • Educar en ecología y medioambiente, enseñando hábitos para la lucha contra el cambio climático y el respeto a la naturaleza.

 

Fuentes:

https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/medioambiente/quimica-en-la-atmosfera-clave-en-la-lucha-contra-el-cambio-climatico/

https://computerhoy.com/noticias/life/calentamiento-oceano-alcanzo-record-historico-2019-561651

https://www.ecologiaverde.com/animales-en-peligro-de-extincion-del-polo-norte-1604.html

https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/por-que-aumenta-el-nivel-del-mar

https://cadenaser.com/ser/2019/11/29/ciencia/1575012566_119535.html

 

 

 

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