Las aplicaciones móviles ecologicas es un ejemplo maravillos de que el avance tecnológico también puede estar dirigido hacia el cuidado del medio ambiente. Este es el concepto que ha logrado hacerse un hueco dentro del gigantesco repertorio de aplicaciones móviles que ocupa nuestro día a día. El desarrollo de apps diseñadas para proteger el planeta ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo teniendo en cuenta que se dan dos factores contextuales imprescindibles para ello: un alto volumen de usuarios y un mayor compromiso medioambiental por parte de las nuevas generaciones.
Según el último Informe Mobile elaborado por Ditrendia, España tiene unos treinta millones de personas que acumulan una media de dieciocho aplicaciones instaladas en sus smartphones. A este hábito de consumo hay que sumar los datos que arroja el estudio del Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE) de 2021, donde se concluye que tres cuartas partes de las personas con edades situadas entre los 14 y los 29 años se muestran especialmente comprometidas con las políticas ecologistas.
El ensamblaje de estas cifras ha propiciado que se dispare el desarrollo de apps móviles destinadas al cuidado y la protección del medio ambiente, precisamente en un escenario que no se entiende sin el profundo tramo de digitalización por el que atraviesa el país. A partir de estas coordenadas, es posible trazar un pequeño listado de aplicaciones que ayudan a hacer de este mundo un lugar más sostenible.
Green Globe
El ranking lo abre Green Globe y su interés por promover el ecoturismo. Esta app funciona como un buscador de alojamientos que se toman la molestia de llevar a cabo prácticas basadas en la sostenibilidad del entorno. El viajero puede acceder a un gran número de establecimientos de este tipo, sobre los que se muestran descripciones, imágenes, opciones de reserva e incluso vídeos con información detallada.
Todos alojamientos que forman parte de la red Green Globe reúnen las características necesarias para ganarse el certificado de la propia app, que garantiza que estos sitios han cumplido con hasta cuarenta criterios basados en prácticas sostenibles. El turista cuenta así con la seguridad de alojarse en lugares que respetan el medio ambiente.
Oroeco
Oroeco es otro de las aplicaciones móviles que ayudan a reducir el impacto del ser humano sobre el planeta. En concreto, su misión pasa por cuantificar la huella de carbono que el usuario va generando al cabo del día con acciones tan cotidianas como coger el coche, enchufar un cargador o poner un lavavajillas. A partir de ejemplos como estos, la app es capaz de medir la cantidad de gases de efecto invernadero que son perjudiciales para el medio ambiente.
El gran atractivo de Oroeco es que no sólo se limita a detectar el problema y monitorizarlo, sino que además ofrece al usuario un abanico de remedios personalizados para reducir lo máximo posible su propia huella de carbono.
Liight
Con Liight el asunto de las aplicaciones móviles ecológicas sube de nivel, y es que se trata de una aplicación cuya finalidad va más allá de proponer medidas ecológicas; también ofrece recompensas a quienes las lleven a cabo. El procedimiento es sencillo: el usuario pulsa el botón de inicio al empezar el día y el sistema se encarga de ir planteándole retos en favor de un mundo menos contaminado, como utilizar el transporte público en lugar de coger el coche. Cada vez que estos se superan, Liight otorga un premio a cambio, un descuento que puede ser canjeado en multitud de establecimientos.
A través de este juego de compensaciones, esta app está consiguiendo modelar ciertas conductas diarias en favor de la conservación del planeta. Y lo está haciendo de una forma entretenida, ya que permite al usuario ir subiendo de nivel, rivalizar con otras personas registradas e incluso formar parte de equipos que buscan recompensas mayores.
Unidas por la ciberseguridad
Al margen de la excelente labor de concienciación que estas aplicaciones son capaces de poner en marcha, otra de las claves de su éxito es sin lugar a dudas la confianza que despiertan a nivel de software. Las tres emplean medidas de ciberseguridad diseñadas para que los datos personales de los usuarios no queden expuestos frente a la piratería informática.
En este sentido, teniendo en cuenta que son apps en las que se mueve un gran volumen de información, se ha seguido el modelo de seguridad que llevan años usando los entornos digitales más punteros en este campo, como son las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar. De hecho, en el primero de los ejemplos, los neobancos utilizan herramientas específicas para encriptar todo el contenido sensible que se transfiere desde la web hasta el servidor. Para ello suelen recurrir al certificado TLS (Transport Layer Security), una tecnología cuyo cometido es precisamente ese, el de salvaguardar nombres completos, números de cuenta y claves de carácter privado.
Tampoco los portales web dedicados al juego defraudan en este territorio. No en vano, los casinos en línea se han convertido en verdaderos especialistas a la hora de frenar la suplantación de identidad gracias al uso del denominado sistema KYC (Know your customer), el método de verificación de identidad más avanzado que existe. Su mecanismo es tan sencillo como útil: el casino solicita al jugador toda la documentación digital que sea necesaria para confirmar que este es quien dice ser cuando accede a una cuenta determinada. El asunto además puede volverse más exigente cuando alguien trata de cobrar premios económicos, puesto que en este caso tendrá que someterse a pruebas de tipo biométrico, como las de reconocimiento facial o las de escaneo de huellas dactilares. Con este escenario de por medio, no resulta extraño que Green Globe, Oroeco y Liight hayan tomado buena nota de ello.