La bioeconomía como sistema de producción de recursos es fundamental en estos días. Hay que tener en cuenta que nuestro planeta está seriamente amenazado por el cambio climático, provocado por la contaminación y el abuso de los recursos naturales. Estimular una economía más respetuosa con el medio ambiente es indispensable y urgente.
¿Qué es la bioeconomía?
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), es la producción, utilización, conservación y regeneración de los recursos biológicos. Esta definición incluye los conocimientos, la ciencia, la tecnología y la innovación para proporcionar soluciones sostenibles (información, productos, procesos y servicios) dentro y entre todos los diferentes sectores económicos. Este conjunto de parámetros deberá permitir la transformación hacia una economía sostenible.
Engloba a los sectores de producción primaria, es decir, ganadera y agrícola, pesca, acuicultura y silvicultura, así como los servicios a estos sectores y el medio ambiente que suministra las materias primas necesarias.
Además, incluye los sectores de producción secundarios, como son las industrias de elaboración y transformación de alimentos. También abarca los sectores terciarios (servicios), como la innovación y la investigación, la gestión de residuos, la industria de servicios alimentarios y el sector minorista.
El fin que se persigue es la protección del medio ambiente, potenciar la biodiversidad y evitar la sobreexplotación de los recursos naturales.
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Bioeconomía circular
En definitiva, la bioeconomía pretende incitar tanto el desarrollo sostenible como la circularidad, llegando hasta aquí al término economía circular y sus famosas tres “r”, (reutilizar, reparar y reciclar).
Mediante lo anteriormente comentado, se ahorra energía, se minimiza la contaminación del suelo, el agua y del aire, reduciendo así la cantidad de residuos producidos y su impacto medio ambiental.
Algunos ejemplos de bioeconomía
Un ejemplo de bioeconomía y además muy útil para nuestros montes y campos es el pastoreo. El motivo es que, además de desarrollar una actividad productiva, previene la propagación de los incendios forestales, limpiándolos de rastrojos y material propenso a arder de forma natural.
La rotación de los cultivos, o sea, ir cambiando las plantaciones en un mismo suelo. Como cada planta necesita de unos recursos diferentes, el suelo se recuperaría y no quedaría estéril. La elaboración de botellas de agua biodegradables. La ropa ecológica fabricada con algodón orgánico. Papel higiénico elaborado de bambú o de cáñamo. Las bolsas de plástico biodegradables manufacturadas con productos vegetales, como la piel de patata. La biomasa como fuente de energía renovable. La elaboración de alimentos y piensos… son algunos de los muchos ejemplos prácticos de bioeconomía. Todos ellos lograrían una actividad económica sostenible a largo plazo, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y creando nuevas oportunidades de negocios que generan empleo.
Beneficios o ventajas
Las principales amenazas a las que la humanidad se enfrenta actualmente están unidas al cambio climático, la economía verde nos aporta soluciones a estos desafíos de la siguiente manera:
- Impulsar las energías renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
- Ser competitivos, mantener la productividad y crear empleos verdes.
- Mejorar la salud pública.
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Reducir las desigualdades sociales.
- Optimización en el desperdicio de alimentos.
- Frenar el cambio climático.
- No agotar recursos naturales.
- Reducir el estrés hídrico.
- Garantizar la seguridad alimentaria.
¿Cómo impulsar la bioeconomía?
Para llevar a cabo la bioeconomía hace falta una metodología en la que participe la administración local, nacional y organizaciones a nivel internacional.
Algunas de las líneas a seguir para implementar este sistema son:
- Mayor cantidad económica para la inversión en innovación, investigación y formación.
- Mejorar la competitividad y los mercados.
- Compromiso y coordinación entre la administración pública y la empresa privada.
Y todo ello nos lleva a la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS)
En el año 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la agenda 2030. Este programa contiene los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), donde la bioeconomía tiene una gran importancia desarrollada en las siguientes áreas:
- Fin de la pobreza.
- Hambre cero.
- Salud y bienestar.
- Agua y saneamiento.
- Energía asequible y no contaminante.
- Trabajo y crecimiento económico.
- Industrias sostenibles.
- Reducción de las desigualdades.
- Ciudades y comunidades sostenibles.
- Producción y consumos responsables.
- Acción climática.
- Vida submarina.
- Vida de ecosistemas terrestres.
En definitiva, tenemos que aunar esfuerzos entre todos que nos lleven a cambiar la realidad actual, siendo más competitivos, sostenibles, igualitarios y más justos.