Empieza a sonar el término kratom en herboristerías, viveros, grow shops y tiendas online especializadas del país, como la que se localiza en https://kratom-world.es, con bastante asiduidad. Una popularidad que proviene de las cualidades y efectos terapéuticos que posee la Mitragyna speciosa. Se trata de una planta oriunda del Sudeste Asiático, concretamente de países como Malasia, Tailandia e Indonesia, especialmente de la isla de Borneo, lugares donde aún se encuentra de forma natural creciendo salvaje por sus páramos.
Cómo es el Kratom
Es un árbol de porte mediano, de entre 3, 7 y 9 metros de altura y 4,6 metros de ancho de media. Es una planta que, dependiendo del clima y del medioambiente donde crece, puede ser caduca o perenne. Su tallo se mantiene durante todo el crecimiento de forma recta y ramificada, sus hojas poseen un tinte verde oscuro, con forma ovoide, llegando a adquirir unas dimensiones de 180 mm de largo por 100 mm de ancho. Sus flores son amarillentas y redondas, se agrupan en racimos justo en los extremos de las ramas más jóvenes.
Pertenece a la familia de las Rubiáceas, con un alto contenido en compuestos químicos. Esta composición la hace valedora de una serie de estudios que confirman los kratom efectos que produce sobre los consumidores, muy parecidos a los que provocan los opioides y otros estimulantes naturales. Estos compuestos han facilitado el camino para las farmacéuticas para crear productos derivados de sus hojas y comercializarlos por todo el mundo.
Historia y uso tradicional del Kratom
Aunque es en estos últimos años cuando está cobrando interés a nivel global, los productos a base de kratom vienen utilizándose desde tiempo inmemorial entre las poblaciones nativas asiáticas.
Generalmente, se han usado sus hojas como fórmula tradicional para crear emplastos y aplicarlos de forma externa. También es frecuente su consumo, sola o combinada, con otras plantas de uso medicinal como tratamiento para el agrandamiento del bazo. Así mismo, es habitual que los oriundos de estos países asiáticos la consuman para conseguir su efecto estimulante, combatir la fatiga y también como sustituto del opio. En este sentido, cabe mencionar que también se suele utilizar como tratamiento para la adicción de los opiáceos.
Otros usos tradicionales bastante habituales del kratom como compuesto medicinal son el tratamiento contra las lombrices, la hipertensión arterial, el dolor crónico producido en los músculos o en los huesos, la diabetes, la tos, la gastrointeritis, para reducir la fiebre, como analgésico, antiinflamatorio…
Se trata, en definitiva, de una planta con un largo recorrido en la medicina tradicional, llegándose a utilizar en rituales mágicos, como herramienta chamánica para los ejercicios espirituales de estas comunidades.
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Cómo se consume el kratom
La forma de tratar las hojas para consumir sus compuestos suele ser por inmersión en agua caliente a modo de té. Después se endulza con miel o azúcar para contrarrestar su desagradable sabor amargo.
Así mismo, también se calientan y machacan sus hojas si se quieren usar como emplasto o bien, se pulverizan para tomarlas en cápsulas. Otras formas de consumirlas son masticando las hojas directamente o fumándolas. En farmacología se encuentran formando parte de las fórmulas de diferentes productos cada vez con más asiduidad.
Cómo se cultiva y cosecha el Kratom
Una característica particular de este árbol es la rapidez con la que las semillas pierden su capacidad para germinar. Dependiendo de la edad, se estima entre un 70 y un 5% de probabilidades, por lo que las semillas frescas serán las más apropiadas.
Aunque su cultivo es bastante simple, si se quiere tener opciones de que crezca y se desarrolle adecuadamente, deberá plantarse en zonas con una tasa elevada de humedad. Las semillas se esparcirán con delicadeza sobre un sustrato convencional de siembra, mejor si la tierra está cubierta con arena de cuarzo.
Se aconseja que la semilla no se cubra por completo para que no deje de recibir luz. Cuando aparezcan las plántulas, después de 5 o 10 días de su plantación, se deberán mantener húmedas y cálidas, pero evitando el anegamiento. Cuando crezcan también habrá que mantenerlas protegidas del exceso de la luz solar.
Se aconseja que la cosecha de las hojas se inicie antes de que dé comienzo el otoño, ya que durante esta estación empezarán a perder las hojas de forma natural, desaprovechándose buena parte de la producción. Lo mejor es iniciar esta actividad en la última semana de verano, cuando las hojas han recibido una buena cantidad de luz solar y, por tanto, están enriquecidas de los principios activos por los que se valora. Cuanto más roja, más carga química llevará.
Compuestos químicos activos del Kratom
Cómo ya se ha comentado, las hojas del kratom contienen un gran número de compuestos químicos capaces de afectar de diferentes modos al organismo humano. Los alcaloides bioactivos son los más comunes, y de estos la mitraginina y la 7-hidroximitragina los más estudiados.
La mitraginina se encuentra en las hojas de kratom, cuando se digiere se descompone en 7-hidroximitraginina en el organismo. Ambas activan los receptores opioides mu (estructuras moleculares específicas en la superficie de las células nerviosas, produciendo unos efectos comparables solo parcialmente con los de sustancias opioides, como la heroína o la oxicodona).
No son pocos los estudios científicos que apoyan la idea de que los efectos secundarios más graves asociados con el consumo de opioides (depresión respiratoria), que pueden llegar a ocurrir durante una sobredosis de opioides potencialmente fatal, no ocurren con el consumo de mitraginina y la 7-hidroximitraginina
Los científicos han observado que la mitraginina puede llegar a adherirse a los receptores adrenérgicos, de serotonina y de dopamina, lo que explicaría algunos de los efectos estimulantes que experimentan personas que han tomado el kratom.
En cualquier caso, en España, tanto su cultivo como venta y consumo es legal.
Recomendaciones para su consumo
El consejo más inteligente será consumir solo kratom que haya sido adquirido en una tienda plenamente confiable, como Kraton World, de este modo el consumidor se asegura de que es natural y de calidad. Se apreciará su calidad porque su aroma será el de una planta o un té y no el de un producto artificial por llevar productos añadidos, como bacterias, mohos, levaduras e incluso micro plásticos, metales pesados y aditivos que diluyan su potencia. Del mismo modo, habrá que ser especialmente cuidadoso con el almacenamiento, ya que deberá conservarse en lugar fresco y seco, sin recibir luz solar directa. Cuando se toma este producto habrá que esperar entre 2 y 3 horas para que su efecto se maximice, solo a partir de ese tiempo se podrá tomar la primera comida del día.
Por último, habrá que ser responsable en su consumo, tomando las dosis recomendadas por el especialista, y si no se posee un cuadro médico que lo desaconseje. Es posible que algunas personas sientan algún tipo de rechazo leve, como estreñimiento, mareo, náuseas, letargo… Solo en los casos más extremos se han llegado a producir efectos secundarios más graves, como temblores, convulsiones, confusión, problemas cardiacos, pulmonares, gastrointestinales…