Los alimentos naturales son particularmente importantes para el sistema inmune, ya que contienen nutrientes esenciales y antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo contra las enfermedades.
El sistema inmune es un conjunto de mecanismos que protegen al cuerpo contra enfermedades e infecciones. Mantenerlo sano es esencial para que pueda detectar patógenos (virus, bacterias y hongos) y los elimine antes de que causen algún perjuicio a la salud del organismo. Aunque existen muchos factores que afectan al estado del sistema inmune como la edad, el estrés, la falta de sueño y la exposición a las toxinas, proporcionar una dieta saludable, ejercicio regular, un sueño adecuado y evitar sustancias como el alcohol y el tabaco son fórmulas efectivas para mantenerlo fuerte y en buen funcionamiento.
El ritmo de vida al que la sociedad está sometida hace que la alimentación sea de menor calidad y el consumo de alimentos elaborados sea cada vez mayor al de alimentos naturales y saludables. Añadiendo una alimentación ecológica se conseguirá un aporte extra de salud al organismo pues se estará liberando al cuerpo de pesticidas, compuestos químicos, toxinas, etc.
Como mejorar el sistema inmune: vitaminas y minerales esenciales
Las vitaminas son un tipo de nutriente esencial que juega un papel muy importante para mantener en buen estado el sistema inmune, a continuación, se citarán las más relevantes e importantes para el organismo. En cualquier caso, hay que ser conscientes que los suplementos con aportes específicos deben ser controlados por un dietista-nutricionista ya que los excesos de vitaminas y minerales tampoco están libres de peligro.
Vitamina C
Una de las vitaminas más importantes para el sistema inmune. Es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo contra el daño celular. Así mismo. también es esencial para la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel sana y protege contra las infecciones. Algunas de las mejores fuentes de vitamina C incluyen cítricos como el limón y la naranja, así como frutas y verduras verdes como el brócoli y el kiwi.
Probióticos
Los probióticos, por su parte, son bacterias beneficiosas que se encuentran naturalmente en el cuerpo y que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal. Esto es importante, ya que si está desequilibrada puede debilitar el sistema inmune notablemente. Los probióticos se encuentran en alimentos como el yogur, el kéfir y el chucrut, aunque también se obtienen a través de la ingesta de suplementos preparados..
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Hierro
El hierro es esencial para la producción de glóbulos rojos, puesto que son los encargados de transportar oxígeno por el torrente sanguíneo hacia todo el cuerpo. Si no se tiene suficiente de este elemento, puede desarrollar anemia, lo que debilitará el sistema inmune. Algunas de las fuentes de hierro habituales incluyen carnes rojas, aves de corral, legumbres y verduras de hoja verde.
Zinc
El zinc ayuda a mantener la barrera de la piel y las mucosas que protegen al organismo contra las infecciones. Además, es un elemento esencial para la producción de ciertas células del sistema inmune. Las mejores fuentes de zinc incluyen carnes rojas, mariscos, huevos, legumbres y semillas de cáñamo.
Vitamina E
Otros alimentos que pueden ser beneficiosos incluyen aquellos ricos en vitamina E, que es un poderoso antioxidante protector de las células del cuerpo para que no sean dañadas. Las mejores fuentes de vitamina E incluyen aceites vegetales, nueces y semillas.
Selenio
Este mineral es esencial para la producción de ciertas células del sistema inmune y también ayuda a proteger las células del organismo. Colabora en el mantenimiento de pelos y uñas. Las mejores fuentes de selenio incluyen mariscos, carnes rojas, huevos y nueces.
Alimentos naturales, equilibrio y sistema inmune: la importancia de una dieta saludable
Se debe tener en cuenta que no solo es importante la cantidad; la procedencia o calidad de las grasas que introducimos en la alimentación cotidiana es primordial. Conviene incluir en la dieta pescado azul, frutos secos, aceite de oliva y girasol o soja o aceite de linaza para asegurar un aporte equilibrado de diferentes grasas esenciales para la salud.
El aporte excesivo de energía puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones. Como se sabe, la obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares que, a su vez, están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica. La ingesta energética tiene una clara influencia en esta actividad, tanto por exceso como por defecto de calorías