El Sistema SABI permite a cualquier familia o individuo que tenga una ubicación con acceso a agua, electricidad e internet, desarrollar proyectos relacionados con la autosuficiencia alimentaria. De este modo contribuirá a mejorar su calidad de vida con la ingesta de productos sanos y naturales. También contribuirá con su comunidad si logra vender excedentes y del conjunto de la población al reducir los efectos contaminantes en el transporte de alimentos.
SABI es el acrónimo de Sistema Acuapónico de Baja Intensidad. Esta idea fue creada para que sirviera de alternativa con la que mejorar la seguridad alimentaria y proporcionar un alimento sano y natural, disponible, inocuo y nutritivo. Además, con este método sería posible generar una fuente de ingresos estables a las familias con un poco de terreno disponible.
Son muchos los productos alimenticios que puede proporcionar el Sistema Sabi. Desde el cultivo de tilapia, caracol y diferentes familias de crustáceo como los acociles y cangrejos de río, hasta legumbres como los frijoles y hortalizas como el cebollín, el jitomate y el chile.
Producción y mantenimiento familiar de un sistema Sabi
Han sido un grupo de investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabsco en colaboración con el Colegio de la Frontera Sur los que han desarrollado un modelo low cost de cultivo hidropónico al que han llamado Sabi. Con esta adaptación su mantenimiento se hace más sencillo y la instalación más fácil produciendo una buena cantidad de alimentos. Un sistema ideal para hacerlo funcionar en el patio trasero o en el jardín de una casa familiar.
Este sistema que vincula el uso de la tecnología de la hidroponía con la acuacultura una familia es capaz de producir alrededor de 150 kg de pescado, caracoles y cangrejos comestibles, así como 40 kg entre hortalizas y vegetales en periodos de 6 meses. Una producción que, una vez terminada toda la instalación solo repercutirá en dos horas diarias de trabajo para su mantenimiento efectivo.
El sistema hidropónico Sabi es muy fácil de instalar, económico, con un bajo consumo energético, y respetuoso con el medioambiente ya que se trata de un ciclo cerrado en el que los residuos de unos son el consumo de otros.
El concepto de la técnica SABI
El concepto central la técnica Sabi es vincular y ecofriendly, es decir que, gracias a cierta tecnología, dos sistemas de producción de alimentos, perfeccionados desde mediados del siglo XX (la acuacultura y la hidroponía) logran una producción de alimentos que es ecológicamente sostenible.
Su función es la de facilitar la circulación de nutrientes al conectar estanques que sirven para la cría de peces con filtros y tubos a sistemas de viveros para diferentes especies vegetales. Estas conexiones llevarán los minerales de alto valor nutritivo producidos por los peces hasta donde se dispone el cultivo de plantas. Gracias a la agroponía servirá para su alimentación.
La fórmula que presenta el modelo Sabi como solución central es la separación y aprovechamiento de los minerales útiles para la producción de plantas comestibles.
Funcionamiento de una granja por acuaponía y técnica SABI con tilapia
Como ya se ha visto, la acuaponía es una tecnología 100 % sustentable que armoniza la acuicultura y la hidroponía. Los mejores resultados los obtiene de la convivencia entre tres especies diferentes (peces como la tilapia, caracoles y acociles o cangrejos de agua dulce).
Su funcionamiento es, en esencia muy sencillo. Se crean redes de circulación de agua que, a partir de los residuos de estos animales (las tilapias) hacen crecer, de manera simultánea vegetales de diferente índole como los ya mencionados, frijoles, chiles y cebollines. Y es que esta agua proveniente del cultivo acuícola contiene todos los nutrientes esenciales útiles para la alimentación de las plantas.
A su vez, el cultivo de los vegetales actuará de filtro biológico, limpiando el agua de los elementos tóxicos de estos detritus. Al final del circuito se obtendrá un agua completamente limpia, de nuevo útil para la acuicultura inicial.
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Ventajas de la acuaponía con SABI
El presente Sistema Acuapónico de baja intensidad (SABI) presenta tres características fundamentales para que sea utilizado de forma sencilla en cualquier espacio particular con ciertas dimensiones.
Muy económica
Por un lado, toda la instalación resulta bastante barata ya que utiliza materiales de uso común utilizados tanto en el consumo habitual de una familia como en la industria de la construcción. Tanto unos elementos como otros resultan bastante económicos, permitiendo, además la reutilización de botellas pets para macetas y de contenedores industriales para filtros
Bajo consumo energético
Al utilizar la gravedad para mover el agua, principal actor de este tipo de cultivos, solo se hace necesario una bomba magnética, las cuales tienen un consumo muy pequeño. Con este motor se genera la recirculación necesaria para que el agua llegue desde la piscifactoría hasta las plantaciones de hortalizas y vuelva.
Completamente ecológico; el ciclo del agua
Como cabe suponer es ambientalmente amigable. En el circuito se incluyen organismos acuáticos nativos que poseen un elevado potencial acuícola. En México es muy habitual utilizar especies animales como el acocil (Procambarus llamasi), la telapia (Oreochromis niloticus) y el caracol tote (Pomacea flagellata). El motivo es que, además de ser alimentos habituales en territorios de este país americano, el consumo que requieren de agua es muy bajo y la cantidad de sedimentos que descargan también es mínima.
En las instalaciones SABI, los organismos utilizados poseen cada cual su propia función. De este modo la tilapia, como primer consumidor será el encargado de procesar el alimento balanceado, es decir, el que el cuidador le proporcione.
Los desechos que este animal produzca serán consumidos por el caracol reduciendo de este modo el volumen de materia orgánica. Posteriormente el agua transporta los sedimentos restantes a un tanque sedimentador. En este espacio se va a transformar los residuos en sales minerales gracias a la actuación de ciertas bacterias para que sean absorbidas y sirvan de alimentos a las plantas.
Las plantas irán eliminando raíces que serán consumidas por los cangrejos, de esta forma el agua al final del cultivo vegetal será útil biológicamente. Esta se bombeará de nuevo al tanque donde habitan las tilapias con lo que se cerrará el ciclo del agua y de alimentación.
La producción se dará a partir del primer mes con el frijol. Del segundo mes caracoles y cebollín, y a partir del tercer mes tilapia y chile
Para todas las edades
La estructura y diseño del sistema SABI permite que pueda ser atendido por cualquier persona, desde la tercera edad hasta los adolescentes. Además, será perfectamente compatible con otras acciones o trabajos diarias ya que solo requiere de un par de horas de atención, dividido en períodos de treinta a cuarenta minutos. Estos tiempos optimizados se dará una vez se haya estandarizado el sistema productivo en su totalidad.
Requisitos para su instalación y materiales
Es recomendable que el Sistema Acuapónico de Baja Intensidad sea instalado en un terreno plano de 6 por 10 metros completamente diáfano, sin troncos, piedras o árboles. Deberá tener acceso a agua de pozo o de la red pública, siempre limpia y libre de sedimentos. Así mismo, se requiere energía eléctrica de baja intensidad, preferiblemente procedente de energías limpias.
De forma general, la crianza de las tilapias se realiza en tanques o piscinas de unos 12 metros cúbicos que se colocarán en la parte más baja (para que el retorno de agua sea por peso gravitatorio), en contacto con el suelo o ligeramente elevadas. Se requiere el uso de una bomba sumergible para que, desde el fondo, y extremo del tanque empuje el agua hacia la parte de las plantas. Así mismo, se necesita una tubería principal, otra de retorno y otra de aireación.
Para las plantas será necesaria una estructura que sirva de soporte, las jardineras que podrán ser tuberías de PVC con un ancho suficiente para la colocación de las botellas pets donde irán los plantones. Por último, el material de relleno que deberá ser poroso, inerte y fibroso para retener la humedad.
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Fuentes;
Ecoinventos, centrosconacyt.mx, mipatente.com